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Geografía humana

a población colombiana presenta unas bases demográficas muy jóvenes, una de las densidades medias más altas de América del Sur y un elevado ritmo de crecimiento anual. La sociedad está, además, muy polarizada en todos los aspectos, ya que presenta fuertes contrastes sociales y territoriales. Colombia muestra también una peculiar mezcla y separación racial-territorial. Las costas del Caribe poseen, por tradición histórica, un destacado componente africano y, en consecuencia, mulato. Por contra, los enormes y muy poblados valles andinos son habitados por una población en su mayoría fruto del mestizaje entre los colonos españoles, que se afincaron allí en una importante cantidad, y los indígenas andinos de tradición inca (hoy el grupo más numeroso del país).

Los más altos y recónditos lugares de los Andes están habitados por indígenas andinos puros, mientras que la selva amazónica la pueblan distintas tribus amerindias. La población vive, en términos regionales, extremadamente concentrada. Las grandes extensiones selváticas amazónicas restan casi totalmente deshabitadas y las costas, por lo general bajas e insanas, están densamente pobladas en sólo dos áreas, la costa sur del Pacífico y la zona central del Caribe, en la desembocadura del Magdalena.

Las altas cumbres andinas son, debido a su inaccesibilidad y compleja orografía, poco propicias para la instalación humana. Con todo, es evidente que las zonas más aptas para acoger a la mayoría de la población colombiana sean los grandes, abiertos y bien comunicados valles de los principales ríos andinos, como el Magdalena y el Cauca, que cruzan los departamentos centrales del país y aglutinan al 34 % de la población. A pesar de esta concentración demográfica en el centro y el N, Colombia presenta una red urbana que, aunque parcial (no abarca a todo el territorio), es suficientemente extensa, existiendo importantes núcleos intermedios. Se trata, además, de una red bastante compensada ya que, en comparación con la mayoría de los países de Latinoamérica, el país no sufre una macrocefalia de la capital o algún otro núcleo.

Además de Bogotá, la capital, destaca la ciudad de Medellín, de importante peso político, económico y demográfico, segunda ciudad de Colombia y centro del poblado departamento de Antioquía. En el N, la zona de las ciudades de Cartagena de Indias y Barranquilla forman una activa región urbana y portuaria, que es la histórica salida natural al mar desde el interior del país. Más al S, la ciudad de Cali (con más de 1600 000 de habitantes) completa la red urbana de los grandes núcleos. La distribución territorial de la población y la configuración de la red urbana se estructuran linealmente de N a S, cubriendo todo el centro del país.

Geografía económica

Colombia, país de gran riqueza en su subsuelo, es el primer productor mundial de esmeraldas, tiene importantes explotaciones y reservas petrolíferas, extrae oro, plata, platino, hierro, níquel, etc. La variedad climática ofrece también la posibilidad de una importante diversificación agrícola. Se combinan dos tipos de agricultura: una la forman las enormes explotaciones de plantación heredadas de la época colonial y dedicadas a la exportación, como son el algodón, los plátanos, el azúcar y también los extensivos latifundios ganaderos o la silvicultura; la otra consta de una parcelación minifundista, y tiene carácter de explotación intensiva. Este tipo de cultivo se da en los poblados valles andinos, y deriva de una tradición precolombina que generó esta clase de usos y distribución del terreno. La producción en estas regiones está destinada a asegurar el consumo en el mercado interno, con cultivos de cereales (trigo, maíz) o patatas.

Pero el principal producto agrícola colombiano es el café, cultivado tanto en grandes explotaciones como en pequeñas y medianas extensiones de carácter familiar. Actualmente, Colombia es el primer productor mundial de café y domina una espectacular red de comercialización, acompañada de importantes campañas de promoción, como la denominación de origen del café de Colombia; tal empresa aúna a la mayor parte de los productores del país, lo cual consolida aún más la actividad. Con este tipo de gestiones, Colombia desbanca a sus competidores africanos, que no pueden asumir campañas de esta magnitud. Pero los recursos primarios no configuran por sí solos una economía nacional; la industria es importante y experimenta un rápido crecimiento; los sectores textil, siderúrgico, químico y de pequeñas transformaciones son los principales, fruto de inversiones extranjeras o del abundante capital nacional.

Colombia posee importantes poderes económicos fácticos que controlan y mueven enormes cantidades de dinero negro, lo que condiciona en extremo la economía nacional. La mayor parte de este dinero negro se genera con el narcotráfico, ya que en Colombia existe otro abundante recurso primario: la coca. Ésta se produce en grandes cantidades en los recónditos parajes selváticos, ya que a los pequeños agricultores les resulta más beneficioso cultivar coca, con la que obtienen un mayor rendimiento por hectárea, que cualquier otro producto; una red de mafias locales y nacionales se encargan de comercializarla hacia los países consumidores: tales actividades son las que generan y concentran en pocas manos gran poder y fortuna. La lucha contra estas organizaciones está desangrando humana y económicamente al país; matanzas, atentados y estafas desestabilizan otros sectores tan importantes como la industria o el turismo. Sin embargo, esta actividad ilegal genera un enorme movimiento de capital, muy superior al de otros países de su entorno, que repercute en toda la economía: eleva el poder adquisitivo de una gran parte de la población y crea un mercado interno mucho más dinámico.

El blanqueo de dinero genera también inversiones productivas en todos los sectores. Por otro lado, la imposibilidad del Estado para imponerse sobre el funcionamiento de los llamados sectores informales de la economía, organizados como una verdadera estructura de poder paralela a la estatal, no puede ejercer acción alguna sobre las organizaciones económicas establecidas. Endeudado por falta de recursos para los sectores públicos, el Estado ha perdido y sigue perdiendo su dinero luchando contra guerrillas y narcotraficantes desde hace más de 50 años, dejando desprotegidas a las clases más miserables, que se agolpan en las periferias urbanas. Además, no pueden gravar impositivamente a las grandes fortunas y clases medias altas, ya que legalmente no existen o se refugian detrás de negocios tapadera. Todo ello ha comportado el desarrollo paralelo de dos economías: una montada sobre cifras falsas, que puede considerarse la oficial, y otra verdaderamente existente, sobre la que no existen datos ni cifras.

Con la inclusión del dinero generado por el narcotráfico, el PIB de Colombia se dispararía enormemente y el valor de las exportaciones superaría ampliamente el de muchos países netamente exportadores. Las enormes cantidades de capital promueven un ágil sector financiero que, con importantes inversiones en el exterior y múltiples contactos en la banca y las bolsas internacionales, suponen para Colombia un también activo comercio.

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